III Informe sobre tendencias en gestión talento y función de RRHH

La escasez de talento emerge como un desafío crítico para nuestra economía y la de los países de nuestro entorno, afectando tanto a naciones con altas tasas de empleo como aquellas otras con bajos índices. Esta paradoja se refleja en el hecho de que siete de cada diez empresas en nuestro país reportan dificultades para reclutar a los profesionales adecuados para sus necesidades operativas y estratégicas. Este problema no es exclusivo de España, se proyecta que la Unión Europea experimentará una disminución de hasta 30 millones de personas en edad laboral para 2050, exacerbando aún más la problemática de encontrar talento cualificado.

La tecnología, particularmente la irrupción de la inteligencia artificial generativa, presenta tanto oportunidades como desafíos. Por un lado, tiene el potencial de transfor-mar industrias y crear nuevos campos de empleo. Sin embargo, también puede ampliar la brecha entre las habilidades disponibles en el mercado laboral y las demandadas por las organizaciones, complicando aún más la coincidencia entre oferta y demanda de empleo.

Adicionalmente, el fenómeno de la rotación laboral continúa en aumento -especialmente en los perfiles técnicos-, impulsado por factores como las expectativas de flexibilidad y salariales, la necesidad de reconocimiento, y la búsqueda de nuevos desafíos profesionales. Estos elementos parece que están entre las principales causas que motivan a los emplea-dos a cambiar de trabajo, lo que añade una capa adicional de complejidad a la gestión del talento por parte de las organizaciones. Nuestro país, en particular, afronta un desafío demográfico significativo que agrava esta situación: en 2022 ya se registró como la nación con la menor tasa de fecundidad de toda la Unión Europea, lo que presagia potenciales dificultades futuras en la sostenibilidad de nuestro mercado laboral. Esta realidad demanda una respuesta multifacética que incluya políticas de fomento a la natalidad, estrategias para atraer y retener talento, así como inversiones en educación y formación que alineen las habilidades de los trabajadores con las necesidades emergentes del mercado.

Ante este escenario, las empresas y los gobiernos deben colaborar estrechamente para implementar soluciones innovadoras que aborden tanto la escasez de talento como las dinámicas cambiantes del mercado laboral. Esto podría incluir el desarrollo de programas de capacitación y recualificación, la apuesta por las políticas activas de empleo y la colaboración público privada, la promoción de políticas de trabajo flexible que atraigan a una mayor diversidad de trabajadores, y la creación de entornos laborales que fomenten el crecimiento y la satisfacción profesional a largo plazo.