Seguridad en el trabajo, higiene industrial, ergonomía, vigilancia de la salud y psicosociología. Estas son las cinco principales áreas que conforman la prevención de riesgos laborales. Sin embargo, si una de ellas se ha quedado atrás en cuanto a desarrollo práctico en las empresas y en materializar medidas preventivas ha sido, sin duda, los riesgos psicosociales.
Sin ir más lejos, un reciente estudio arrojaba un dato muy llamativo. Según el III Observatorio en Entorno Laboral Saludable, el 46% de las empresas reconocen no haber realizado una evaluación de riesgos psicosociales. ¿Por qué esto es así?
Falta de concienciación y sensibilización
Es evidente que los riesgos psicosociales hasta hace no mucho siempre han permanecido en un segundo plano por diversos factores. El primero de ellos es que comparado con otros riesgos como por ejemplo pueden ser el de caída en altura, atrapamiento o electrocución, el riesgo psicosocial siempre se ha tenido la percepción de ser un riesgo menor y con consecuencias más o menos triviales para la salud del trabajador.
Afortunadamente, este enfoque ha ido cambiando y cada vez más, tanto a nivel de la sociedad como en el ámbito laboral, se tiene una mayor concienciación de que el riesgo psicosocial en el trabajo tiene una incidencia capital en la salud mental de la persona.
Reticencias de las empresas
Al igual que ocurre con las enfermedades mentales en la sociedad, para algunas empresas todavía sigue siendo un tema algo tabú hablar de los riesgos psicosociales. Muchas veces directamente se intenta esconder el problema, no visibilizarlo. Es decir, preferir vivir en la ignorancia a pesar de saber que el problema existe. Este es el principal escollo para prevenir los riesgos psicosociales, cuando la Dirección de una empresa rehúye de afrontar el problema.
Si no se consigue superar este muro difícilmente se podrá hacer algo por prevenir este tipo de riesgo pues difícilmente podrá llevarse a cabo una evaluación de riesgos psicosociales y la aplicación de las correspondientes medidas preventivas.
Además, en ocasiones el origen del riesgo no está del todo claro pues no se conoce con exactitud si la causa del problema se encuentra en el plano personal del trabajador (y los factores de riesgo existentes en el trabajo lo han agravado), o bien, han sido precisamente estos factores de origen laboral los que han llegado a provocar una enfermedad mental en el trabajador.
Hablando de la evaluación de riesgos psicosociales…
He aquí donde llegamos a una de las claves para prevenir los riesgos psicosociales: su evaluación. Existen varios métodos ya suficientemente contrastados para evaluar los riesgos psicosocial en el entorno laboral (CoPsoQ ISTAS 21, FPSICO…). ¿Cuál de ellos elegir? No hay una respuesta clara, pues cada uno de ellos tiene sus pros y sus contras. Lo más importante es que el método elegido sea un método consensuado y aceptado por todos los agentes participantes: Dirección, sindicatos, propios trabajadores… De no ser así, se percibirá como algo impuesto y la evaluación estará abocada al fracaso.
Que no quede olvidada en un cajón
O en una de las infinitas carpetas de tu disco duro. La evaluación de riesgos psicosociales es un punto de partida, no un fin. El punto de partida hacia un plan de acción encaminado a mejorar los resultados que con peor diagnóstico hayan salido en la evaluación (el famoso color rojo en los ítems evaluados).
Es decir, hacer una evaluación de riesgos y no darle continuidad es lo mismo que no hacer nada. Si ya es desalentador el dato que se mencionaba al principio de este artículo acerca de que el 46% de las empresas reconocen no hacer una evaluación de riesgos psicosociales, más desalentador aún puede ser el dato de aquellas que realmente ponen en marcha un plan de prevención frente a los riesgos psicosociales con medidas concretas y específicas.
¿Y la Inspección de Trabajo qué dice al respecto?
Además de que evaluar los riesgos psicosociales es un requisito legal y por la tanto, sancionable en caso de no hacerlo, la Inspección de Trabajo ha ido dando pasos los últimos años para asesorar y requerir que las empresas evalúen los riesgos psicosociales de sus trabajadores.
Claro ejemplo de ello es la publicación el año pasado del criterio técnico 104/2021 sobre actuaciones de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social en riesgos psicosociales.
Bajo este criterio técnico, la ITSS establece las directrices de cara a prevenir los riesgos psicosociales en torno a:
Identificación y valoración de los factores del riesgo
Fuentes de información que deben ser consideradas
Protección de la intimidad y confidencialidad de datos.
Sobre la elección del procedimiento y el método de evaluación
Uso de métodos simplificados en pequeñas empresas
Sobre las unidades de análisis
La determinación de medidas preventivas
Coordinación de actividades empresariales
Planificación, ejecución, seguimiento y control de las medidas
Revisión de la evaluación
Conclusión
En resumen, en los últimos tiempos se ha avanzado mucho en la concienciación sobre las enfermedades mentales las cuales en muchos casos vienen provocadas por riesgos psicosociales existentes en el trabajo como estrés, síndrome de burnout o ‘estar quemado’ o situaciones de acoso.
Se hace necesario por tanto que los riesgos psicosociales se conviertan en uno de los ejes preventivos de las empresas, no desde una posición reactiva sino preventiva, y bajo la convicción de que este tipo de riesgos se pueden y se deben prevenir, contando con la participación e implicación de todos los niveles de la empresa y estableciendo un plan de acción con medidas concretas y efectivas.
Carlos Maya Health & Security Specialist, Fraternidad-Muprespa