Si bien los datos sobre la depresión y la pérdida de productividad son dramáticos, la buena noticia es que las enfermedades mentales, en particular la depresión, son tratables.
Con la atención adecuada, que incluye terapia, desarrollo de habilidades y medicación, el 80% de los empleados tratados por enfermedades mentales informan mejores niveles de eficacia y satisfacción en el trabajo.
Abordar la salud mental de los empleados es rentable para el empleador y beneficioso para el empleado, según los psicólogos. “Cuando los empleados reciben un tratamiento eficaz para las enfermedades mentales, el resultado son menores costes médicos totales, mayor productividad, menor ausentismo y menores costes por discapacidad”.
Según la opinión experta, la educación y la transparencia son fundamentales para ayudar a los empleados a comprender la enfermedad mental y sentirse cómodos abordando los problemas a medida que surgen.
No se trata de que los empleadores intenten diagnosticar a un empleado. Lo que sí hacemos es alentar a adoptar una mayor educación sobre los síntomas de los trastornos de salud mental comunes, herramientas (como la terapia dialéctica conductual) que los empleados y empleadores pueden aplicar en su vida cotidiana y acceso a recursos cuando un empleado necesita asistencia profesional.
Cabe señalar que los dueños de negocios y las familias no son inmunes a las enfermedades mentales, en particular los problemas que pueden surgir debido al estrés financiero y el agotamiento que conlleva los compromisos de tiempo que a menudo se imponen a los líderes empresariales de la comunidad.
Del mismo modo en que los padres que se concentran en la salud de un niño, pero descuida la suya propia, se vuelve perjudicial para la familia, es igualmente importante que los líderes de la empresa, al tiempo que atienden las necesidades de sus empleados, no pierdan de vista su propia salud mental. El bienestar mental es una iniciativa de toda la empresa que debería ser un compromiso de todo.
El estrés, al igual que las enfermedades mentales, es común en el lugar de trabajo. Aunque el estrés no es una afección médica, sin alivio puede contribuir al desarrollo de afecciones físicas y problemas de salud mental, incluidas la depresión y la ansiedad.
Según un estudio reciente, una cuarta parte de los empleados no ejecutivos dicen que se sienten estresados todo o la mayor parte del tiempo, y esta cifra aumenta a un sorprendente 49% para los supervisores.
El estrés se experimenta cuando un individuo siente que las exigencias que se le imponen son mayores que su capacidad para afrontarlas. Un poco de estrés es saludable, pero demasiado puede resultar debilitante, tal y como advierten los especialistas.
La irritabilidad, el insomnio y el estado de ánimo deprimido son síntomas comunes de estrés excesivo y no deben ignorarse. Se infiere que cuanto más dialogan empleadores y empleados sobre el estrés, así como sobre la salud mental, más se contribuye a que estos temas se convierten en una parte normal de la conversación en el lugar de trabajo.