El pasado 10 de octubre se celebró el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha para poner de relieve el cuidado de la salud psicológica de las personas. En este contexto, The Adecco Group Institute, el centro de estudios y divulgación de The Adecco Group, ha presentado hoy el segundo Observatorio Adecco sobre Bienestar emocional y factores psicosociales con el que pretende dar voz sobre cómo la variable psicosocial afecta a las empresas y a los trabajadores.
El Observatorio incluye una encuesta a responsables de recursos humanos, gerentes y técnicos de prevención de riesgos laborales de empresas sobre diversas áreas que tienen relación directa con la incidencia de los factores psicosociales en sus organizaciones, y en la salud y bienestar emocional de las personas trabajadoras. El trabajo de campo se realizó entre el 19 de septiembre y el 7 de octubre de este año 2022 con una muestra total de 43.000 empresas representativas del tejido empresarial español con la que se trata de conocer el punto de partida de las organizaciones en materia psicosocial y qué necesitan en este ámbito de cara a futuro.
Opinión del experto
En palabras de Javier Blasco, director de The Adecco Group Institute:“De forma similar a otras variables (PIB, empleo), a nadie se le escapa que los niveles de salud mental tampoco han vuelto a niveles previos a la pandemia. En España el 32% de los trabajadores afirma que su salud mental ha empeorado en el último año. Si descendemos a colectivos con una especial complejidad psicosocial, y pandémica, en el sector sanitario, por ejemplo, la sintomatología del burnout (síndrome de estar quemado) ha llegado a afectar al 38,5% de la población trabajadora. Y si preguntamos a las empresas, el 25% afirman que una cuarta parte de sus trabajadores se han visto en el último año afectados por trastornos psicológicos como ansiedad, depresión o estrés postraumático”.
“La salud mental debe formar parte del propósito y de la visión de todas las organizaciones y hay que fomentar marcos más globales y ambiciosos en el cuidado de la salud mental en el trabajo y la gestión de riesgos psicosociales. No sólo porque el análisis coste-beneficio del impacto de las inversiones en salud mental así lo justifique, ni por la reiterada formulación de las políticas desde las distintas administraciones nacionales e internacionales, sino porque del bienestar mental de nuestras personas trabajadoras depende la productividad, el potencial de innovación y la capacidad de resiliencia y sostenibilidad de las organizaciones”, destaca Blasco.
El director de The Adecco Group Institute concluye afirmando que: “Se echa de menos que la parte más institucional pase de lo programático a lo práctico. En nuestro país, la futura Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2022-2027 habla de alinearse con la ya publicada Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud Período 2022- 2026, donde, por cierto, sólo se dedica una página a los temas de salud laboral: nada menos que veinte millones de trabajadores, sujetos pasivos de esta estrategia. Alineados o alienados, la coordinación es más necesaria que nunca, entre agentes sociales y administraciones, y entre lo público y lo privado. De lo contrario, el reto de la salud mental será una ilusión, y una frustración para millones de personas trabajadoras y ciudadanos. Debemos proporcionar orientación y apoyo a las personas, trabajando en el autoconocimiento, empoderando y motivando, buscando el necesario equilibrio en el contexto de la digitalización, y entrenando el autocuidado, la actitud resiliente, y la necesaria conciliación entre lo laboral y lo extralaboral”.
Síntesis del “II Observatorio de bienestar emocional y factores psicosociales”
Hoy se han dado a conocer los resultados del segundo Observatorio Adecco sobre Bienestar emocional y factores psicosociales que pretende poner de manifiesto cómo la variable psicosocial afecta a las empresas y a sus plantillas. Destaca que más de la mitad de las organizaciones creen que la “renuncia silenciosa” está afectando a las personas trabajadoras, y el 32% de las compañías considera que este fenómeno afecta más a los jóvenes que a los seniors.
6 de cada 10 empresas afirman que más de la mitad de sus trabajos tienen un alto componente emocional (ocupaciones que suponen el trato con personas fundamentalmente) y un 12% de ellas reconoce que más de la mitad de sus empleados se han visto afectados por trastornos psicológicos como ansiedad, depresión, estrés postraumático, etc. (+2 p.p. interanuales).
En cuanto a los generadores de estrés, el 59% de las empresas cree que éstos se han visto más afectados por la crisis económica y otros factores externos que por las propias condiciones laborales. El 64% de las organizaciones cree que los estresores suelen estar vinculados a la carga mental por las tareas a desarrollar.
El 65% de las compañías señala que el riesgo de padecer el síndrome del “trabajador quemado” (burnout) se ha incrementado en el último año. Y casi el 60% de las empresas considera que la “renuncia silenciosa” (quiet quitting) se ha incrementado también en el último año.
Casi el 80% de las compañías asegura que las cuestiones de salud psicológica deberían tener mayor tratamiento en los convenios colectivos. El 92% de las organizaciones cree que los poderes públicos deberían dar mayor soporte a empresas y trabajadores en la gestión de la salud mental.
El 86% de las empresas consultadas por The Adecco Group Institute tiene claro que las organizaciones no están culturalmente preparadas aún para que un mánager reconozca su vulnerabilidad y necesidad de apoyo psicoemocional.
Sobre flexibilidad y la digitalización: el 43% de las compañías ve necesario que la normativa busque un equilibrio entre flexibilidad, control del tiempo de trabajo y desconexión/reconexión para un teletrabajo sostenible para personas y organizaciones. Además, el 62% cree que el tecnoestrés o la tecno-fatiga son ya factores de riesgo con impacto en su organización.
El 63% de las empresas declara que determinados clichés y roles sociales incrementan la incidencia de determinados factores de riesgo psicosocial en el colectivo femenino y LGTBI.