Últimamente tengo la necesidad de simplificar todos los conceptos. Me da la sensación de que tenemos tanta información que lo complicamos todo un poco y evitamos la mayor. Si la mayor es aquello que sostiene la realidad de cualquier concepto, aquello que le da sentido de verdad evitando toda justificación o irnos por las ramas. Pero ¿cuál es la mayor cuando hablamos de liderazgo?
Seguro que casi todos vosotros habéis oído hablar del líder resiliente, autoritario, humilde, servicial… pues yo quiero poner de moda el Liderazgo por Amor. Y sí, no quiero un concepto romántico, sino que quiero ver líderes que aman a las personas que trabajan con él y por tanto quieren lo mejor para ellas.
Pero profundicemos un poquito más antes de que penséis que me he vuelto loca.
Lo sé, ninguna escuela de negocios (que yo conozca) habla del Liderazgo por Amor. Pero, sinceramente, frente a un entorno empresarial que esta siempre a vueltas con el cómo retener el talento, cómo ser más productivos, cómo acelerar la trasformación, cómo captar más clientes etc., ¿no pensáis que la respuesta es sencilla?
Si, la respuesta es sencilla. Nada ocurre si las personas no quieren. Por tanto, la siguiente pregunta que me hago es: ¿qué hace que las personas quieran? En este caso entramos lógicamente en la motivación de cada uno, pero hay ciertas reglas que suelen repetirse. Confiar, disponer de un entorno enriquecedor, tener la sensación de poder crecer o de sentirse respetados. Si estas pequeñas cosas pueden aplicarse a la mayoría como respuesta para conseguir sus objetivos, ¿no estamos hablando de Liderazgo por Amor?
Cuando uno ama quiere el bien para el otro y no al otro como un bien. Cuando uno ama quiere entender sus necesidades para poder ayudar. Cuando uno ama cuida de las personas y demuestra su amor en acciones y no en palabras. Cuando uno ama ayuda al otro a crecer para alcanzar la mejor versión de sí mismo, inspirándole.
Así que yo quiero poner de moda el Liderazgo por Amor. Con esto no quiero decir que a veces no se deban tomar decisiones duras como despedir, resoluciones que afectan a las personas, sino que cuando toca hacerlo debes actuar con el máximo respeto. Liderar por Amor no es evitar las circunstancias complicadas, sino enfrentarte a ellas respetando la dignidad del ser humano.
¿Me ayudáis? Pongamos de moda un liderazgo que inspire, que reconoce al otro, que ayuda a crear entornos de máxima eficiencia, donde las personas pueden crecer para alcanzar la mejor versión de sí mismos. Ya lo dijo Johann Wolfgang von Goethe, “trata a un ser humano como es y seguirá siendo lo que es. Pero trátalo como puede llegar a ser y se convertirá en lo que está llamado a ser”.
Ahora puedes que te estés planteando algo como “me encantaría tener un jefe así”, pero si lo piensas es que no me he expresado bien. Este liderazgo no empieza en los demás, sino que se inicia en uno mismo.
Todos tenemos un entorno personal y profesional. Todos tenemos aspectos de nuestra vida que lideramos o compañeros con los que trabajamos. No esperes, este no va de cómo se comportan los demás, sino de cómo quieres ser tú. Es decir, de llegar a ser aquello que quieras ser. Por tanto, empecemos dando un paso al frente cada uno de nosotros. Solo si decidimos evolucionar como individuos, las cosas cambiaran.
Y tú, ¿apuestas por el Liderazgo por Amor? Pues empieza con la persona que tienes al lado, sea tu pareja, tu compañero o tu jefe ?
Nekane Rodríguez de Galarza
Managing Director, Global Affiliates, LHH
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