Identificar las empresas que juegan en la primera división del mercado del Outsourcing Industrial no es fácil. Cuando estudiamos a fondo esta cuestión es preciso realizar un gran esfuerzo de investigación.
Es evidente que las principales compañías están identificadas. Son aquellas que prestan servicios a las grandes corporaciones de nuestro país. Sin embargo, no pasa lo mismo con una miríada de pequeñas empresas que también participan en este partido.
Son organizaciones locales y no tan locales que, al amparo de una oportunidad de negocio o de una “oportunidad legislativa”, han aterrizado en el sector del Outsourcing Industrial. Estas empresas han desarrollado su bussiness de manera que les reporte cierta rentabilidad.
Es el momento de realizar un recordatorio dedicado a los responsables de RRHH. Puede ser que su porfolio de proveedores o partners cuente con outsourcer. Lo más probable es que hayan potenciado un prototipo básicamente aspiracional.
No obstante, normalmente han sido capaces de construir su estructura con cierta maña. Demuestran su capacidad para realizar una habilidosa lectura de la normativa vigente en cuanto a la externalización de servicios.
En estos casos, la formación está compuesta por empresas que cimentan su supervivencia en base a cierto modelo retributivo de los trabajadores. No respetan las reglas de juego. Es aquí donde el sector del Outsourcing Industrial deja mucho que desear.
Resulta relativamente fácil detectar mala praxis en esta área laboral. Se puede palpar tanto en grandes corporaciones como en una pyme. Se identifica en pequeños o gigantescos polígonos. Está incrustada en el seno de pequeñas oficinas y en impresionantes edificios.
En todos los casos afecta a personas trabajadoras que deben desempeñar tareas propias de un puesto perfectamente reglado en su Convenio Colectivo. Sin embargo, sus salarios se encuentran muy por debajo del de sus colegas correctamente encuadrados y retribuidos.
Ya han pasado algunos años desde que hemos asumido el compromiso de transformar el sector. Para ello, nos propusimos ofrecer al mercado una solución basada en una propuesta de valor.
Nos centramos, principalmente, en el compromiso de lograr una mejora continua en dos cuestiones fundamentales: la gestión de RRHH y la solvencia jurídica. Lo cierto es que podemos decir que ha transcurrido el tiempo y no nos hemos desviado de nuestra hoja de ruta. Gracias a ello hemos logrado posiciones más adecuadas, seguras y, sobre todo, más humanas.
Continuar avanzando en la mejora y humanización de la externalización puede tener los días contados. Las últimas noticias acerca de la revisión del articulado que está por llegar no son nada alentadoras. En este sentido, da igual si esas enmiendas proceden o no de la reforma laboral de 2012. El resultado podría traer consecuencias brutales.
Será entonces cuando veamos quién aterriza sobre el tartán. Incluso, podría darse un escenario más terrible. Sería el de aquellas empresas que arrastrarían en la caída a su partner.
Pero es que llama poderosamente la atención la actitud de ciertos actores. Es el caso de las compañías del sector outsourcing que, con un estupendo posicionamiento y una buena imagen de marca, siguen jugando con fuego.
¿A quién no le sorprendería que un carretillero logístico de una industria del papel no percibiera la misma retribución que el carretillero del operador logístico que es la empresa de enfrente?
Ejemplos no faltan. ¿Qué me dicen de la fascinante y rocambolesca historia de las Cooperativas de Trabajo Asociado en el sector cárnico? En este caso, “los habilidosos” no han perdido el tiempo.
La truculenta y nada paradigmática historia en la que se ha visto envuelta la industria de la carne, merece un poco de desarrollo. Particularmente se hace necesario porque, bajo ningún concepto, debería convertirse en el futuro del sector de la externalización.
Todo se ha precipitado cuando las inspecciones de trabajo han decidido que algunas cooperativas no lo son. Estas organizaciones estaban muy instaladas, por cierto, en el sector cárnico desde hace años.
La Administración Pública constata que hay empresas que hacen prestamismo laboral. Además, no atienden a sus obligaciones con la Seguridad Social. En ese momento, los “habilidosos” encuadran a los mismos trabajadores en el Régimen General.
No obstante, contemplan las retribuciones de sus “fantásticos” acuerdos colectivos. Incluso llegan a obviar el ámbito funcional, que ya recoge el nuevo texto del Convenio Colectivo de la Industria Cárnica. No podemos olvidar que ese convenio es de aplicación para todo el personal que realice su trabajo en esta industria.
De toda esta situación solo se puede envidiar que el memorable “semáforo”, que alguna reputada organización sindical ha venido publicando, no se replique con el sector del outsourcing. Pero, todo llegará.
Lo cierto es que preferimos regresar a un escenario más positivo. Algunos ya nos hemos alineado con las políticas retributivas acordes al sector de la actividad. Nos preocupa que nuestros servicios sean cualitativos.
Buscamos aportar eficiencia y competitividad a los clientes “responsables” que decidieron ser nuestros partners. Este comentario es, también, una manera de agradecer su confianza. La llegada de una nueva regulación al sector del Outsourcing Industrial nos cogerá con los deberes bien hechos.
Carlos Gutiérrez Pinilla
Director Eurocen, Adecco Outsourcing
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