Este miércoles 29 de septiembre madrugamos con un B.O.E. abarrotado de cambios en la normativa laboral, y donde puede que el SMI y los ERTE hayan eclipsado el nuevo Real Decreto 818/2021, por el que se regulan los programas comunes de activación para el empleo del Sistema Nacional de Empleo.
Esta norma, que pretende aumentar la eficacia de las Políticas Activas de Empleo, adaptándolas al perfil de cada demandante de empleo, es un instrumento fundamental para desarrollar el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y afronta, en línea con el objetivo 8 de la Agenda 2030, los retos de la reducción del desempleo, especialmente el que afecta a los colectivos más vulnerables, y la creación de empleo estable y de calidad.
Ejes de las Políticas Activas de Empleo
En los siete ejes que define para la mejora de las Políticas Activas de Empleo (orientación, formación, oportunidades de empleo, igualdad de oportunidades en el acceso, emprendimiento y mejora del marco institucional) se regulan 17 programas de los cuales siete son programas nuevos:
Programa para evitar la discriminación por razón de edad
Programas públicos de empleo-formación
Programa de inclusión laboral de personas en riesgo o situación de exclusión social
Programa de apoyo a la movilidad geográfica
Programa para la igualdad entre hombres y mujeres
Programa de inserción sociolaboral para mujeres víctimas de violencia de género
Programas de Orientación, Emprendimiento e Innovación para el Empleo
Éxito de las Políticas Activas de Empleo y la “prueba del algodón”
Si bien el riesgo de estas nuevas Políticas Activas era el de caer en más de lo mismo, la norma introduce importantes cambios, y el éxito o el fracaso dependerán de 3 claves: un adecuado diagnóstico en continua actualización, la gobernanza y el sometimiento de estas políticas a evaluaciones anuales orientadas sólo a resultados, y una apuesta por la colaboración público-privada.
La evaluación es una herramienta fundamental para consolidar un sistema dinámico de políticas activas de empleo susceptible de evolucionar y adaptarse a las circunstancias cambiantes y obtener, de esta manera, prácticas, medidas y acciones más eficaces y eficientes.
Y la nueva normativa recoge una de las fórmulas que en el resto de los países de la Unión Europea ha fundamentado el éxito de las Políticas Activas de Empleo. Se trata de los programas de colaboración público-privada para las actividades de prospección empresarial e intermediación laboral, dentro de un entorno de flexiseguridad que intuimos imprescindible para un mercado de trabajo en continuo cambio.
Recuperación económica: políticas activas de empleo y colaboración público-privada
La gestión en España de los fondos europeos de Reconstrucción y Resiliencia, también llamados Next Generation insisten en la importancia de la colaboración público-privada, como estrategia para la mayor eficacia y eficiencia de estos.
Los aprendizajes de la pandemia y los deseos de una pronta recuperación económica deben llevarnos a un cambio de mentalidad si queremos exprimir todo el potencial de la colaboración público-privada: ámbitos como la educación, la investigación, la salud o el empleo están abocados al fracaso si el partido sólo lo jugamos con la mitad del equipo.
Según un reciente estudio, el debate sobre la colaboración sigue anclado en la dicotomía clásica entre lo público y lo privado, debate que es necesario superar ya que las alianzas público-privadas permiten una cooperación estratégica entre sectores diferentes, actuando como complemento de culturas, competencias técnicas, recursos y conocimientos para crear valor social.
La historia reciente sobre la salida a las últimas crisis económicas en los países más desarrollados está plagada de ejemplos de colaboración para lograr un fin común. Y es necesario avanzar en la narrativa de esta colaboración para entender y aprender de ella.
Confiar en quienes conocen mejor lo que demandan los sectores y las empleadoras, y lo que sueñan las personas para alcanzar su propósito a través del empleo, es un camino para el que esperemos esta nueva norma sea su primer peldaño.