La tasa de absentismo laboral ha crecido en España un 21% en los últimos cuatro años, con un incremento del 5% tan solo en los últimos 12 meses. Estas cifras sitúan el índice en un máximo histórico que conlleva un coste de más de 76.000 € anuales.
El absentismo es un tema con implicaciones sociales, económicas y laborales que afecta, en su conjunto, a todo el entramado productivo y sanitario de nuestro país. De este modo lo deja patente Adecco en su VII Informe sobre Absentismo Laboral. El trabajo ha sido realizado en colaboración con AMAT, FREMAP, la UNED, la Universidad Carlos III de Madrid y Sánchez de León Abogados.
El informe lleva a cabo un análisis de la realidad española y hace un desglose de su incidencia por entorno geográfico y sectores laborales. Además, se realiza un estudio sobre la forma de gestionar la salud al relacionarla con la entrada en vigor del nuevo Reglamento Europeo de Protección de Datos.
En este último caso, “se considerará ajustado a derecho y no invasivo el establecimiento de protocolos de control del absentismo por parte de la empresa, al amparo de lo permitido por el art. 20.4 ET, siempre que se trate de reconocimientos no asistenciales y no se requiera al trabajador la aportación de documentación o información médica adicional”
Los datos barajados resultan preocupantes para las empresas. La tasa de absentismo se ha definido como el tanto por ciento de horas no trabajadas en relación con la jornada pactada. Por supuesto, en esta valoración quedan fuera del cómputo las vacaciones, los días festivos o las horas por Expedientes de Regulación Temporal de Empleo.
Aún así, la cifra ha conseguido llegar al 21%, con una subida del 5% en el último periodo anual. Esto consolida un alarmante máximo histórico, con cifras que no se barajaban desde 2007, cuando se acusó un repunte del 4,95%.
Según el trabajo de Adecco, “las ratios de absentismo con carácter general repuntan de forma incuestionable, muy por encima del resto de variables en materia económica y de empleo”. Es lógico, por tanto, que el entramado empresarial muestre su inquietud ante esta situación.
No obstante, cabe un respiro al destacar que sobre este fenómeno también tiene influencia el hecho de que se haya consolidado el crecimiento económico y que haya desaparecido el conocido “efecto crisis”. Esto implica mayor número de trabajadores y, por tanto, más posibilidades de bajas.
Otro dato por destacar es el que hace referencia a las cifras de absentismo por Incapacidad Temporal (IT). También en este caso se ha experimentado un aumento del 4% y deja la tasa en un 3,58%. Esta cifra aún se mantiene alejada del caso más extremo, registrado también en 2007 y que se situó en el 3,85%. A pesar de todo, la tasa conjunta de absentismo ha logrado estabilizarse en un 1,42%.
Para que el tejido empresarial pueda hacerse una idea más aproximada a las conclusiones del VII Informe de Adecco, es preciso realizar un desglose de datos según distintos campos y factores.
Cabe destacar que las tasas son similares en servicios e industria. Tras ellos se sitúa el sector de la construcción. No obstante, la forma de evolucionar ha sido desigual según los casos. Por ejemplo, el sector servicios mantiene las mismas cifras que hace una década y continúa varado en el 5,1%.
En cambio, en el caso de la industria y la construcción, los números caen del 5,5% de hace 10 años al 5,1% y del 3,6% al 3,4%, respectivamente. Por el contrario, si nos centramos en las tasas de absentismo laboral por IT, las cifras experimentan un incremento en los tres sectores, más acusado en la construcción.
El trabajo de Adecco ha separado del cómputo total aquellas bajas por IT. Teniendo a estas como protagonistas, casi el 87% son de contingencias comunes y alrededor del 14% tienen sus causas en cuestiones profesionales: accidentes de trabajo o enfermedades profesionales.
Más del 65% de las bajas originadas se anexionan a uno de los cuatro grandes grupos con más diagnosticados:
En cambio, las bajas por IT no justificadas siguen las mismas pautas de años anteriores. Las más relevantes se relacionan con el círculo familiar del empleado, la estructura de la agenda y el horario laboral.
Sin embargo, el trabajo hace hincapié en que otras causas como el “efecto lunes”, “el efecto puente”, el mal ambiente laboral o el mobbing inciden mínimamente. Por cierto, el tamaño de la empresa no tiene relevancia sobre los resultados del estudio.
El número de días de baja experimenta un considerable incremento a medida que aumenta el tramo de edad de los trabajadores analizados. Así, “los mayores de 49 años alcanzan a nivel nacional el mayor índice con 1.692 días de baja por cada 100 hombres y 2.237 días por cada 100 mujeres”.
En la comparativa se observa cómo las cifras de los mayores de 49 años duplican a la de los trabajadores de hasta 34 años. También aumenta el porcentaje en un 1,62 con respecto a los empleados cuyas edades oscilan entre los 34 y los 49 años.
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