5 minutos
8 meses después del comienzo de 2021, parece que las conferencias virtuales siguen siendo la norma en el futuro previsible. Después de dos año dedicados a trabajar con llamadas de Zoom y navegar por museos virtuales durante el aislamiento, nuestros estándares sobre cómo gastamos nuestro tiempo digital son más altos que nunca. Es por eso por lo que hemos elaborado una breve guía para ayudar a evaluar la cosecha que incluye cuestiones que van desde un evento virtual hasta cumbres y seminarios web de este año.
Esta lista de 5 consideraciones clave puede ayudarnos a determinar si vale la pena asistir a una conferencia o evento virtual y si agregará valor a nuestra organización.
La forma número uno de saber si una conferencia valdrá la pena es evaluar su contenido. ¿Los puntos de la agenda son relevantes para nosotros, nuestra organización y nuestra industria? Si hemos asistido a este evento virtual en el pasado, ¿el contenido de este año es nuevo y orientado al futuro, o es una repetición del contenido de años anteriores?
Revisemos a los oradores para el reconocimiento de nombres, pero también consideremos si sus temas son significativos para nuestra función y si la información obtenida nos ayudará a trabajar de manera más efectiva, avanzar en las metas del equipo o lograr los objetivos comerciales.
Cuando se asiste a un evento en persona, no se trata solo de aprender, también se trata de interactuar con los oradores, establecer contactos con sus compañeros y participar en la experiencia del evento en vivo.
Si bien un evento virtual nunca puede ser lo mismo que uno en vivo, tampoco deberían ser ocho horas de contenido pregrabado. Busquemos eventos que brinden algunas de las mismas oportunidades de participación que una conferencia en vivo.
Consulte el sitio web del evento virtual para ver si los oradores tienen sesiones de preguntas y respuestas, en particular sobre las charlas en las que es más probable que tenga preguntas.
Otra cosa para tener en cuenta es que un formato de evento virtual no debería impedirnos conocer gente nueva cuando asistamos. Los eventos bien planificados designarán grupos específicos para la creación de redes de pares.
El coste es algo para evaluar tanto en términos de gastos como de tiempo. Averigüemos si el evento al que deseamos asistir cobra por el acceso. A la luz de la pandemia, algunas organizaciones hicieron que su evento virtual fuera gratuito en 2020, pero aún no está claro si esta tendencia continuará durante todo 2021.
Además de los gastos, revisemos el momento del evento virtual junto con su carga de trabajo. Si asistir a todas las charlas y reuniones no es factible, está bien elegir lo que sea más beneficioso o interesante. Consideremos si la agenda del evento está sensiblemente espaciada.
Muchos eventos también ofrecen a los asistentes acceso a grabaciones de charlas, sesiones de preguntas y respuestas y sesiones informativas. Si un evento virtual en el que estamos interesado entra en conflicto con nuestros proyectos de trabajo críticos, debemos comunicarnos con la empresa que organiza la cita para ver si esto es algo que planean ofrecer.
Antes de decidirse a asistir a cualquier conferencia, ya sea en vivo o virtual, pensemos en lo que nos gustaría en términos generales. ¿Buscamos inspiración y nuevas ideas? ¿Formas tangibles de resolver problemas? ¿Nuevas conexiones en nuestra industria? Comparemos nuestra lista mental con el contenido que se ofrece.
Decidir asistir a un evento virtual requiere un análisis de coste-beneficio. Si asistir a un evento no cuesta nada y estamos interesados en los temas que se ofrecen, a menudo es mejor asistir que perdérselo.
SUSCRÍBETE
SUSCRÍBETE