Cuando pensamos en un liderazgo eficaz, a menudo pensamos en términos de habilidades duras. ¿Es el líder empático bueno en lo que hace? ¿Tiene las habilidades necesarias para alcanzar sus objetivos y lograr un nivel superior? Pero como la mayoría de las cosas en los últimos meses, la pandemia ha cambiado la forma en que pensamos sobre las cualidades esenciales de liderazgo. La mayoría de las veces, son las habilidades blandas de un líder, no las duras, las que ayudan a mantener a los equipos en el buen camino. Habilidades blandas como el arte perdido de la empatía. Pero ¿qué significa ser un líder empático y cómo puedes mejorar tu propia capacidad de empatizar con los demás?
Qué es el liderazgo empático
La empatía es a menudo un concepto en el que pensamos fijándonos en nuestra vida personal. Por lo general, se describe como la capacidad de detectar las emociones de los demás y poder ponerse en su lugar. No siempre es fácil comprender la perspectiva de otra persona, pero los líderes empáticos pueden ver la situación desde diferentes ángulos. Son las personas que tienen más probabilidades de ayudar a un compañero de trabajo en duelo o de revitalizar a un equipo en decadencia.
El líder empático entiende que es necesario ver a las personas como seres humanos reales con problemas y desafíos únicos. En lugar de simplemente ordenar que se haga algo, los líderes empáticos trabajarán con el personal para lograrlo juntos. Valoran la fuerza de cada individuo y los esfuerzos combinados de un equipo.
No es de extrañar que el rol de líder empático esté llamando la atención en este momento. Cuando el mundo cambió drásticamente, estos fueron los líderes que priorizaron a su gente y su bienestar y, como resultado, lograron salir adelante.
Consejos para ser un buen líder empático
Si liderar con empatía marca una gran diferencia en la productividad y el bienestar de un equipo, ¿qué puedes hacer para abrazar tu empatía interior? Aquí tienes una serie de consejos que podrían ayudarte:
Emplea la escucha activa
Una de las bases del líder empático es dominar las habilidades de escucha. Si deseas que el equipo sea abierto y honesto contigo, especialmente en estos tiempos tan difíciles, debes demostrar que puedes escuchar sin juzgar. A veces, los empleados solo necesitan hablar. Quizás incluso para desahogarse. Permitir conversaciones con más carga emocional ayuda a los equipos a sentirse más seguros al hacerse vulnerables frente a sus colegas. Así que la próxima vez que quieras dar tu opinión, piénsalo dos veces y valora si quedarte callado te llevará más lejos que las palabras.
No des consejos a la ligera
De manera similar, cuando te enfrentas a un problema, es la naturaleza humana querer saltar y resolverlo. Y a veces eso es exactamente lo que necesitas hacer. Pero cuando puedas, da un paso atrás y observa la situación en su conjunto. Es posible que haya elementos que te falten o información que aún no tengas. Lucha contra la tentación de lanzarte como Superman y espera a escuchar lo que los empleados tienen que decir. Tal vez haya un problema que ya han tomado la iniciativa de intentar solucionarlo. O tal vez una situación se ha vuelto más complicada de lo previsto y necesitan para un momento y reagruparse. Cuando puedas, intenta comprender primero perspectiva de un empleado en lugar de apresurarte a salvarlo.
Encuentra el equilibrio
Puede parecer contrario a la intuición pedirle a alguien que priorice el bienestar emocional de las personas y luego darse la vuelta y pedirles que tomen decisiones comerciales difíciles, pero de eso tratar lograr el equilibrio correcto. Un líder empático no puede estar todo el tiempo con las emociones. Hay casos en los que es necesario adoptar un enfoque más firme para hacer las cosas. Esto puede requerir cierta introspección, pero averiguar dónde está tu punto de equilibrio personal puede convertirte en un líder empático más eficaz.
Aprende a reconocer las emociones
¿Eres un sabueso emocional? No te preocupes si la respuesta es no. Esta es una habilidad que definitivamente se puede enseñar. El líder empático a menudo es muy conscientes de las emociones de quienes lo rodean y no es porque tengan algún tipo de habilidad mágica innata. Se necesita hacer un esfuerzo consciente para crear más espacio para las emociones y discutirlas sin miedo. Una de las cosas más fáciles que puedes hacer en tu búsqueda para volverte más empático es simplemente preguntar a los empleados cómo lo están haciendo. Te sorprendería la cantidad de gerentes que piensan un “¿estás bien?” los cubre en este punto. En su lugar, busca tiempo para hablar a solas con los trabajadores y haz el esfuerzo de verificar realmente cómo les está yendo. Esto es doblemente importante en el momento en que las personas pueden sentirse más aisladas de lo normal.
Mejora tu conciencia de ti mismo
Puede ser difícil comprender a los demás si no te comprende a ti mismo. Parte de ser un buen líder empático comienza con trabajar en tu propio nivel de conciencia. ¿Cuáles son tus puntos ciegos? ¿Dónde están tus propias fortalezas y debilidades? ¿Cómo afecta eso a los demás? Comprenderte a ti mismo te ayuda a tener una mejor idea de los demás y de las relaciones interpersonales que desarrollas con ellos.
Todo el mundo es empático
El defecto de la naturaleza humana es buscar conexiones con los demás. Todos tenemos la capacidad de ser más empáticos con quienes nos rodean, pero a menudo quedamos demasiado atrapados en la velocidad de la vida diaria como para recordar utilizar esas habilidades. Tomarse el tiempo para pensar activamente en la empatía nos ayuda a concentrarnos en lo que importa mientras determinamos nuevas formas de avanzar. Refuerza el compromiso del equipo, mejora la comunicación y profundiza los vínculos entre los empleados, lo que reduce la rotación. Mejor aún, un líder empático inspira y empodera a sus trabajadores, lo que ayuda a mantener a los equipos conectados incluso cuando están físicamente separados. Entonces, en el futuro, cuando pensemos en los rasgos que comparten los grandes líderes, asegurémonos de que la empatía esté en la lista.