En España, el número de nacimientos cayó por noveno año consecutivo hasta los 321.640. Esta cifra se encuentra un 38,1% por debajo de los nacimientos para 2008, y los nacimientos de 2023 constituyeron el dato más bajo que muestran las estadísticas, que comienzan en 1884. Así, ya somos el tercer país la UE con menor proporción de menores de 20 años y el envejecimiento es un hecho: la tasa de fecundidad cayó por octavo año consecutivo, los pensionistas ya son el 18% de la población y la población de nacionalidad exclusivamente española volvió a caer.
La población de menos de 16 años cayó por undécimo año consecutivo, aun-que su ritmo de caída disminuye por segundo año. Con 7,07 millones de personas, este grupo de edad presenta las cifras más bajas desde el año 2007 (7,04 millones). En cambio, la franja de 65 y más años ha sumado 2,25 millones de personas desde 2007, situándose en los 9,48 millones en 2023. Además, su ritmo de crecimiento se ha acelerado en los últimos 3 años hasta el 2,3%.
La población de nacionalidad exclusivamente española acumula ya 6 años consecutivos de caídas y los inmigrantes de países que no forman parte de la UE continuaron aumentando hasta alcanzar un nuevo máximo histórico, con 4,36 millones de personas.
En 2023 la esperanza de vida fue de 83,9 años, superándose por primera vez las cifras prepandemia y batiendo un nuevo récord. Al comparar según sexos, los hombres incrementan sus cifras en mayor medida con respecto al año anterior, pero ellas continúan siendo las que tienen la esperanza de vida más alta. Para completar esta preocupante situación demográfica, la tasa de fecundidad cayó por noveno año consecutivo, pero modera su caída con res-pecto al año anterior.
El PIB per cápita de España (medido en euros corrientes) fue en 2023 un 18,9% inferior a la media de la Unión Europea, mejorando así sus datos con respecto al año anterior y recortando la brecha del 20,6% que obtuvo en 2022. Sin embargo, se encuentra en el 15º puesto por la cola si comparamos con el PIB per cápita de los países analizados. Así, el PIB per cápita de España, si comparamos con los países cuyas cifras son más elevadas (Luxemburgo, Suiza, Irlanda, Noruega, EE.UU. y Dinamarca), es menos de la mitad. Entre las variables desencadenantes de esta situación, una es el tamaño de las empresas, donde España tiene la cuarta menor proporción de empresas con 10 o más emplea-dos per cápita. La otra es la innovación y el grado de digitalización, donde la inversión española en I+D+i es la mitad que la media de la Unión.
No obstante, en 2023, el PIB se incrementó un 2,5% y recupera el nivel prepandemia, pero la productividad (PIB por persona ocupada) tuvo en cambio una caída con respecto al año anterior (-0,7%) y continúa sin recuperar su nivel anterior a la pandemia, aunque el PIB por habitante mejoró un 1,2% y logró superar por poco (+0,03%) los niveles de 2019.