Si has experimentado la frustración de compartir una idea sólo para que un colega la repita con orgullo como si fuera el autor intelectual, no estás solo. Este tipo de comportamientos patriarcales como el “mansplaining” y el “manterrupting” se llama “hepeating”, y ha afectado sobre todo a las mujeres durante años en industrias dominadas por hombres.
Introducido por primera vez en un tweet de la profesora de física Nicole Gugliucci en 2017, “hepeating” se refiere a situaciones en las que un hombre intenta hacer pasar los pensamientos, estrategias o creaciones de una mujer como propios.
A menudo, esa misma idea ha sido ignorada en conversaciones anteriores cuando la presentaron sus contrapartes mujeres, para luego ser elogiada cuando un hombre se atribuye el mérito.
Si bien se ha hecho referencia con mayor frecuencia a la repetición en relación con la conducta en el lugar de trabajo, puede ocurrir en muchas situaciones profesionales, como atribuirse un crédito indebido por descubrimientos innovadores.
No hace falta decir que ser testigo de cómo alguien aprovecha injustamente su arduo trabajo y sentirse ignorado por sus compañeros en el proceso puede ser una experiencia devastadora, pero no tienes por qué permitir que siga sucediendo. De hecho, existen varias prácticas que puedes adoptar de inmediato para ayudar a minimizar este comportamiento y el impacto que podría tener en tu trabajo y carrera en el futuro.
Aquí hay seis formas de amplificar su voz, recuperar la propiedad de tus ideas y salvaguardar tu propiedad intelectual cuando te enfrentes a la agitación.
6 formas impedir el 'hepeating' en el lugar de trabajo
1. Redirigir conversaciones grupales
Defenderse cuando alguien intenta atribuirse el mérito de tu trabajo o idea es un primer paso importante para proteger tu propiedad intelectual. Pero seamos honestos, no siempre es fácil o cómodo ser asertivo, especialmente en entornos grupales.
Las mujeres en particular pueden sentirse aprensivas a la hora de afrontar una situación laboral difícil por miedo a ser vistas como demasiado emocionales, conflictivas o poco profesionales. Sin embargo, a largo plazo se produce más daño cuando las mujeres ignoran el mal comportamiento y se permiten pasar a un segundo plano frente a sus homólogos masculinos.
Los ascensos, las propuestas ganadoras y las asociaciones a menudo se otorgan a los contribuyentes más visibles, y acciones con sesgo de género como hepeating pueden detener el progreso de las mujeres hacia nuevas oportunidades. Te debes a ti misma hablar.
Introduce indicaciones para dirigirte inmediatamente a tus colegas y recordarles que ya compartiste una idea. Podría ser: “Gracias por revisar mi idea…” o “Para desarrollar la idea que compartí con ustedes en nuestra conversación anterior…”
Este enfoque firme, particularmente cuando se utiliza en presencia de partes interesadas clave, envía un mensaje claro de que no aceptarás el comportamiento y, con suerte, harás que la persona que intenta hacer pasar tu idea como suya se lo piense dos veces antes de robarte el protagonismo en el futuro.
2. Dirígete directamente a tu colega
Hay dos tipos de agitadores: los que no se dan cuenta de que sus acciones son ofensivas y los que saben que lo que están haciendo está mal, pero piensan que no hablarás. En cualquier caso, es necesario que nos dirijamos a estas personas a través de una conversación individual.
Al acercarnos al agitador, es fundamental iniciar la conversación con una mentalidad estratégica. Comencemos por hacer preguntas aclaratorias para que no se cierre inmediatamente, se ponga a la defensiva o se sienta atacado.
Para ser claros, nuestro objetivo no es salvaguardar los sentimientos sino dirigir una conversación productiva para descubrir si entran en una de esas dos categorías antes mencionadas y descubrir la mejor manera de ajustar la forma en que actuaremos con ellos en adelante.
Un par de formas de iniciar la conversación podrían ser: “Cuando estuvimos en la última reunión, mencionaste que habías contribuido a esta idea…” o “¿Recuerdas nuestra conversación anterior en la que compartí mis pensamientos sobre…”? seguido de “¿Te das cuenta de que tus acciones son engañosas e inapropiadas?”
Después de esas preguntas, independientemente de cómo responda, compartamos claramente nuestra perspectiva sobre lo que sucedió, expliquemos por qué no está bien y analicemos qué esperamos que se haga en el futuro para que situaciones similares no se repitan.
Tengamos en cuenta que la forma en que tratemos a los colegas que se atribuyen el mérito de nuestro trabajo marcará la pauta para una relación de trabajo respetuosa o dejará la puerta abierta a comportamientos más dañinos en el futuro.
3. Defiende tus ideas de forma proactiva
Las investigaciones han demostrado que las mujeres son menos propensas a defenderse por sí mismas que los hombres, una lucha sin duda arraigada tras siglos de opresión y normas sociales que perpetúan los estereotipos de género. La humildad, aunque noble, en última instancia lleva a las mujeres a reprimir sus ideas u optar por compartir comentarios en entornos más pequeños en un esfuerzo por no parecer altivas y narcisistas.
Pero aquí hay una llamada de atención: hacer que los logros y las ideas sean más visibles es en realidad una estrategia de avance fundamental. Por ello cuanto más humildemente evitemos destacar nuestras propias contribuciones, más fácil será para los repetidores plagiar nuestras brillantes ideas. Sin autopromoción, nuestras ideas se volverán menos visibles y hacernos cargo de nuestras palabras o nuestro trabajo será mucho más difícil.
Para luchar contra la exageración y la subvaloración del trabajo de las mujeres, una publicación reciente de Harvard sugiere que las mujeres deberían comenzar a replantear la forma en que hablan sobre sus contribuciones y éxitos utilizando declaraciones en primera persona en lugar de “nosotros”. Este sencillo cambio de lenguaje puede ayudarle a tomar el control para garantizar que sus ideas sean escuchadas, reconocidas y apreciadas.
4. Domina el arte de tomar notas
Una de las formas más sencillas de proteger la propiedad intelectual es mantener documentación sólida de sus propuestas, presentaciones y conversaciones como respaldo en caso de que surja alguna situación en la que tengamos que defender nuestro reconocimiento y crédito en el futuro. Sin embargo, un método de protección de ideas que a menudo se pasa por alto es simplemente tomar buenas notas para evitar comportamientos como el hepeating.
Claro, llevar registros meticulosos y hacer un esfuerzo adicional para mantenernos organizados a veces puede parecer una tarea tediosa, pero la habilidad de mantener un rastro en papel podría significar la diferencia entre demostrar la propiedad y hacer pasar con éxito nuestro trabajo. La tranquilidad que supone tener un registro claro de nuestras ideas valdrá la pena.
Para poner esto en práctica, tomemos nota de las ideas compartidas que podrían marcar la diferencia en proyectos de misión crítica cuando estemos en la próxima gran reunión de brainstorming, discusión grupal o cara a cara.
Una acción adicional que podemos tomar para elevar nuestros esfuerzos cuando tenemos un grupo de personas en la sala es compartir activamente resúmenes concisos de las reuniones. Deben reflejar con precisión las contribuciones de todos los participantes, incluidas las nuestras.
Pero tengamos cuidado y utilicemos este paso con moderación, ya que no querremos convertirnos en el “tomador de notas designado” cuando no está en la descripción de nuestro trabajo.
5. Involucra a tus aliados
Desarrollar una red sólida de aliados profesionales probados y confiables puede ser una herramienta poderosa para ayudar a proteger o recuperar ideas. En caso de que necesitemos apoyo, alguien que hable o nos defienda cuando nuestro trabajo esté en riesgo de ser tomado a través del hepeating, los aliados pueden actuar como nuestros defensores tanto delante como detrás de escena.
Construir una red de aliados requiere algo de tiempo y esfuerzo, pero la recompensa es invaluable ya que los verdaderos aliados usan su poder, privilegios e influencia para trabajar para desafiar y cambiar las prácticas laborales o industriales que impactan negativamente a los marginados. Estos aliados podrían ser un socio de proyecto, un mentor, un supervisor u otro líder de nuestra organización.
Una vez que tengamos esa red, vamos a usarla. Si nuestro aliado tiene un papel directo en nuestro trabajo, no dudemos en enviarle un ‘CC’ cuando presentemos ideas por correo electrónico que sean fundamentales para el avance de proyectos y protegernos del hepeating.
Busquemos consejo cuando las cosas salgan mal, programemos controles periódicos para mantenerlos informados sobre nuestras contribuciones y vamos a utilizarlo como otro punto de registro cuando nos estemos preparando para compartir nuestra creación con personas en las que no estemos seguros de poder confiar.
6. compórtate como un participante activo, no como un espectador
Combatir la agitación requiere un trabajo intencional para construir un lugar de trabajo que valore y respete las ideas y contribuciones de las mujeres y de componentes grupos minoritarios. Para lograr esto, deberemos hacer un esfuerzo consciente para fomentar esa cultura junto con otras mujeres o aliados en nuestra organización.
Al adoptar una mentalidad de ‘cuando lo veas, dilo’, las mujeres y otros afectados pueden apoyarse y animarse unas a otras en situaciones incómodas y garantizar que se reconozca la propiedad legítima.
El uso de indicaciones simples pero directas como: “Cuando escuché a María compartir esta idea en nuestra última reunión, algo que me vino a la mente fue…” o “Según recuerdo, fue idea de Susana…” deja las cosas claras, acredita a quien es debido y sienta un precedente para hablar en apoyo de las mujeres y las minorías cuando la propiedad de sus ideas se ve amenazada por el hepeating.