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La evolución económica de España ha sido positiva en los últimos meses, aunque este crecimiento ha estado principalmente impulsado por el sector turístico durante la temporada estival. Sin embargo, la incertidumbre económica global está generando un freno en las decisiones de inversión por parte de las empresas, lo que está afectando directamente al empleo. Esta situación podría derivar en una mayor desaceleración económica a partir del otoño, lo que pone en riesgo el dinamismo que hasta ahora ha mostrado la economía.

En cuanto al mercado laboral, España se posiciona como la única gran economía con una tasa de desempleo de dos dígitos, según el informe más reciente de la OCDE. Durante el último año, se ha registrado la pérdida de 73.000 autónomos con trabajadores a su cargo, lo que refleja las dificultades a las que se enfrentan estos profesionales. Además, ha crecido significativamente el número de personas inscritas en los servicios públicos de empleo que no son contabilizadas como desempleadas oficialmente, alcanzando un récord de 1,57 millones de personas. La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) sugiere que las cifras oficiales de desempleo, que actualmente se sitúan en 2,5 millones de personas, deberían corregirse al alza, hasta llegar a los 3,1 millones. Esta revisión incluiría, entre otros, a aquellos que realizan cursos de formación o los solicitantes de empleo con disponibilidad limitada. A esto se suma el hecho de que cerca de 700.000 becarios están cotizando a la Seguridad Social sin recibir una remuneración.