Promover un liderazgo solidario y compasivo está a la orden del día. Muchos empleados han estado trabajando en casa durante meses, luchando con VPN incómodas y navegando en oficinas abarrotadas y niños aburridos. Mientras que algunos han prosperado en el nuevo mundo del trabajo virtual, otros han tenido dificultades. Con la pandemia aun paralizando la economía global y las protestas que sacuden los cimientos de nuestra sociedad, la incertidumbre está a la orden del día.
En un entorno como este, no es inusual que los líderes se sientan algo confundidos acerca de cómo tratar a las personas que lideran. ¿Cómo mantener a la gente motivada y comprometida a la vez que se centra en la estrategia comercial y reconoce que muchos de sus empleados sufrirán bajo la tensión de todos estos?
Cada vez más, los profesionales en forjar la próxima generación de desarrollo de liderazgo creen que habilidades como la empatía y la compasión son las claves para conectar y motivar a los empleados en tiempos difíciles.
La empatía y la compasión generalmente se consideran principios fundacionales dentro de la Inteligencia Emocional y la Seguridad Psicológica. Están redefiniendo el enfoque de liderazgo, enfatizando las habilidades técnicas y amplificando las llamadas “habilidades blandas“. Se expande el papel de líder para actuar más como un entrenador. Aunque se trata de conceptos simples, representan nuevas demandas desalentadoras para los líderes.
Esta expansión del rol y las responsabilidades de los líderes es más importante ahora que nunca. No es de extrañar teniendo en cuenta el impacto de múltiples disruptores en el trabajo junto con la amenaza de la pandemia global de la Covid-19, el bloqueo económico que lo acompaña y la naturaleza poderosa del movimiento Black Lives Matter. Todos los cambios y las interrupciones están comenzando a afectar enormemente la capacidad de recuperación de todos, incluyendo la salud mental.
Están surgiendo datos a nivel mundial sobre el empeoramiento de la salud mental en general. En Estados Unidos, la Kaiser Family Foundation ha estado rastreando la salud mental de los estadounidenses durante la pandemia de la Covid-19. Los datos más recientes muestran que más del 45% de los estadounidenses confirman que su salud mental ha empeorado durante la pandemia. La situación es más grave para quienes han estado confinados.
En Europa, los funcionarios de salud pública han estado haciendo sonar la alarma durante meses sobre la creciente crisis en salud mental que acompaña a la pandemia. El Dr. Hans Kluge, director en Europa de la Organización Mundial de la Salud, informó en marzo sus preocupaciones sobre los problemas de salud mental relacionados con la pandemia.
Según Kluge, “las medidas de distanciamiento físico y aislamiento, el cierre de escuelas y lugares de trabajo son particularmente difíciles. Es absolutamente natural sentir estrés, ansiedad, miedo y soledad en este periodo“.
En este contexto, los líderes deben ser conscientes de que cada vez que llaman o reúnen a todo el equipo para realizar una reunión virtual, están aprovechando las reservas cada vez mayores de estrés y ansiedad que, en cierto nivel, deben reconocerse con empatía y compasión.
Hay escuelas de desarrollo del liderazgo que consideran que los líderes deben evitar centrarse en lo negativo y amplificar lo positivo. Esto puede ser efectivo para motivar a algunos empleados, particularmente a aquellos que son más resistentes y parecen menos afectados por las interrupciones. Pero lo más seguro es que muchos miembros del equipo de trabajo necesiten un liderazgo solidario y compasivo. Se trata de crear un espacio seguro para que las personas discutan lo que les rodea, profesional y personalmente, y cómo se sienten acerca de su situación. Esto requerirá de un líder con capacidad para escuchar, no emitir juicios de valor y que se abstenga de proporcionar asesoramiento.
Antes de enfatizar los aspectos positivos de la situación actual, los líderes deben demostrar que entienden por lo que están pasando los empleados estresados o preocupados, y que no es inusual que se sientan así.
Es importante recordar que la salud mental sigue siendo un tema profundamente estigmatizado en la mayoría de los lugares de trabajo. Antes de la pandemia, era difícil para la mayoría de los empleados admitir que enfrentaban un desafío de salud mental. La investigación en esta área ha reforzado el temor de que incluso reconocer la depresión o la ansiedad debilitará su marca profesional y limitará sus oportunidades futuras.
Para aquellos empleados que se han visto más afectados por las múltiples crisis a las que nos enfrentamos, los líderes deben poder transmitir auténtica empatía en sus preocupaciones y compasión en lugar de juicio. Tiene que haber una sensación de que está bien hablar abiertamente sobre miedos y ansiedades, al tiempo que se reconoce que otros están pasando por la misma situación.
Lamentablemente, la empatía y la compasión son habilidades que evaden a muchos líderes en la actualidad. La mayoría de los líderes han subido en las filas de sus organizaciones al demostrar un conocimiento técnico. Raramente, si es que alguna vez se hace, se evalúa si pueden relacionarse con sus empleados a nivel emocional. Es por eso que tantos expertos en desarrollo de liderazgo están promoviendo los principios de Inteligencia Emocional como el nuevo estándar para los líderes exitosos.
Se pueden desarrollar habilidades como la empatía y la compasión en la mayoría de los líderes, pero pueden presentar desafíos mucho más grandes para los jefes que, tradicionalmente, se han satisfecho de ser juzgados por los resultados o el cumplimiento de objetivos financieros.
Mejorar la capacidad de un líder para cultivar la empatía y la compasión es un proceso iterativo que debe abordarse con el tiempo.
Los siguientes pasos son esenciales para cultivar estas importantes habilidades emocionales:
El liderazgo solidario y compasivo sigue siendo un papel que requiere dureza y resistencia. Los líderes deben establecer altas expectativas para las personas que lideran y estar dispuestos a denunciar el bajo rendimiento cuando sea necesario. Pero también deben saber cuándo alguien necesita comprensión, atención y apoyo. Puede parecer una solución simple, pero a veces las personas necesitan saber que está bien sentir lo que sea que estén sintiendo en ese momento antes de que puedan comenzar a sentirse bien de cara al futuro.
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