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La sociedad actual confiere una importancia especial a los valores morales. Los individuos, expresan su interés por cuestiones ligadas al altruismo. Acciones enfocadas a cuidar el medio ambiente o los fines sociales son reivindicados como elementos esenciales en las políticas corporativas. Es una de las razones por las que la ética empresarial atrae talento.
Los empleados desean sentir que también contribuyen a sus causas en el trabajo. La función que desarrollan en sus empresas y los valores éticos de la compañía se han convertido en pilares fundamentales para la atracción y retención de talento. No obstante, el quid de la cuestión reside en saber realizar una alineación entre los valores corporativos y la ética de los profesionales.
Los trabajadores de hoy en día desean sentirse auténticos en el trabajo. Un empleado o candidato preocupado por la sostenibilidad, el acceso a la educación o la conciliación familiar, por ejemplo, desea contar con el apoyo de su organización y su ética empresarial.
No quieren que sus responsabilidades profesionales interfieran con estos valores éticos. Ni que los obliguen a desentenderse de ellos. Quieren sentir que pueden expresar quiénes son trabajando plenamente. Sin ser juzgados negativamente o perder oportunidades de desarrollo y avance. Esa es la idea de permitir que las personas traigan su “yo completo” al trabajo.
Según el estudio de Harvad “Why Authentic Workplaces Are More Ethical”, este concepto general ha cobrado impulso últimamente. No es de extrañar, dada la gran cantidad de Millennials que se ha incorporado a la fuerza laboral.
De hecho, este segmento de la población ahora representa la mayor proporción de trabajadores norteamericanos. A partir de 2017, un 35% de los empleados estadounidenses eran Millennials, justo por delante de Generación X (alrededor del 33%) y muy por delante de los Baby Boomers (25%).
No queda más remedio que aceptar algunos compromisos. Los Millennials son conocidos por su fuerte enfoque a la hora de consumir y trabajar para marcas con valores éticos que coincidan con los suyos.
Por otro lado, según el estudio, se debe tener en cuenta que la alineación de los valores corporativos con los de los empleados reporta más beneficios. En este caso es una buena herramienta para ayudar a prevenir fallos morales que pondrían en peligro la reputación de la marca de cara a clientes y usuarios.
El estudio de Harvard también contiene los resultados de una encuesta basada en el lugar de trabajo. Los análisis demostraron que la falta de ética empresarial no solo afectaba a la hora de atraer talento.
De hecho, descubrieron que en las organizaciones sin una sólida política ética corporativa, un elevado número de miembros de la plantilla se dejaba llevar por situaciones poco decorosas en el trabajo.
Al sentirse menos vinculados a valores integradores incurrían en mala praxis. Según los supervisores, resultaba más fácil para ciertos empleados verse involucrados en comportamientos financieros deshonestos. Aumentaron los hurtos, la falsificación de recibos para que se les pagaran gastos de trabajos no realizados, bajas médicas y falsos accidentes para cobrar cantidades procedentes de seguros, etc.
También disminuía la calidad de la conducta social: fomento de un mal ambiente laboral, bullying a otros compañeros, equipos de trabajo desestructurados, etc.
Las consecuencias más inmediatas de esta situación se deben a la baja integración de la identidad del trabajador o la incapacidad de ser uno mismo en el puesto de trabajo. Ello conduce a un sentimiento de falta de autenticidad que se asocia con un comportamiento poco ético en el lugar de trabajo y en otros ámbitos.
Si los empleadores no colaboran potenciando una línea ética empresarial, entre los resultados se encontrarán con la fuga de talento cualificado que no desea desarrollarse en este ambiente. Se propagará una mala imagen de la organización. Estos hechos influiránen el propio consumidor y afectaran a la economía de la empresa, además de ser un escollo para atraer talento.
Existen varias formas prácticas de promover la integración de identidad para los trabajadores de una compañía.
Desarrollar una política corporativa basada en pilares sólidos de ética empresarial es crucial a la hora de hacer que el trabajador se sienta comprometido con la empresa. Podrá sentir que su labor es reconocida y fluye en consonancia con sus principios. Este comportamiento por parte de los negocios les permitirá gozar de una buena reputación y atraer talento.
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