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Para todo Gobierno español, hacer frente a los datos del paro es una de las situaciones más comprometidas de toda la legislatura. Por ello, una de las prioridades de todo ejecutivo consiste en la creación de empleo y la protección de la población parada. El conjunto de medidas para afrontar esta problemática es lo que se conoce como políticas activas de empleo.
Tal y como aparece en el portal del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, “el Plan Anual de Política de Empleo (PAPE) contiene servicios (acciones) y programas (medidas) de políticas activas de empleo que se proponen llevar a cabo las Comunidades Autónomas, tanto las financiadas mediante fondos estatales, distribuidos de acuerdo con los criterios objetivos acordados por la Conferencia Sectorial de Empleo y Asuntos Laborales, como con recursos económicos propios, así como las acciones y medidas que va a realizar, en su ámbito de competencia, el propio Servicio Público de Empleo Estatal”.
Cada año se destinan más de 7.000 millones de euros a las políticas activas de empleo, distribuyéndose entre programas de empleo, bonificaciones a la contratación y programas de formación. El objetivo de la asignación de esta reforma consiste en maximizar la eficacia de estos recursos, especialmente en el tema de la empleabilidad de jóvenes desempleados y parados de larga duración.
Existen dos ramas bien identificadas dentro del PAPE: políticas activas de empleo, orientadas a la creación de puestos de trabajo; y las políticas pasivas de empleo, dirigidas principalmente a la protección de los desempleados y parados.
En el caso de las políticas activas de empleo, se potencia la generación de puestos de trabajo de forma directa a través de ofertas de trabajo. Además, también se establecen una serie de medidas para aumentar el número de puestos de trabajo a corto y medio plazo.
Dentro de las políticas activas de empleo se diferencian dos grandes categorías en función de a quien se dirigen:
En este caso, la estrategia marcada por el Gobierno tiene como finalidad los siguientes puntos.
Ni que decir tiene que estas políticas están ideadas en exclusiva para el mercado empresarial. En este sentido, los objetivos a conseguir son:
Las oficinas de empleo juegan un importante papel en las políticas activas de empleo. Estas sedes no solo actúan como intermediarios entre el mundo empresarial y los trabajadores, sino que asesoran a los parados para conseguir un puesto de trabajo. España cuenta, en este sentido, con el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), agencias de colocación y demás oficinas privadas autorizadas para servir de intermediarios.
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