Necesidad de medir coste-beneficio de la no prevención, programas saludables, otras variables

Hasta hace apenas unos años, el modelo económico de las empresas se ha basado exclusivamente en maximizar sus beneficios. Esta práctica ha fomentado un descuido a la hora de controlar los costes ocultos que se derivan de no controlar la prevención y los factores de ineficiencia. Esta situación conlleva, en la mayoría de los casos, resultados negativos para todo tipo de organizaciones. De ahí, la necesidad de medir coste-beneficio de la no prevención.

Es lógico que las empresas necesiten obtener beneficios. Pero estos deben ser empleados para reinventirlos de manera que se favorezca la innovación y la sostenibilidad. Además, las compañías deben concienciarse de que esta opción no debe ser concebida como una finalidad per se.

Cómo se concibe la prevención de riesgos laborales

Cualquier entidad que busque destacar en el futuro tendrá que hacerlo a través de sus utilidades y valores generados. Deberá apostar por un sistema de gestión que optimice el capital humano y sus recursos. Estos últimos engloban los bienes materiales y tecnológicos, la cualificación y la capacidad económica. Juntos constituyen la línea fundamental para una buena gestión.

Las empresas que no evidencien y gestionen los costes ocultos derivados de una falta de contemplación de las variables que afecten a los programas saludables, quedarán rápidamente obsoletas y fracasarán en un mercado altamente competitivo.

La medición coste-beneficio de la no prevención debe ser una cuestión intrínseca en todo plan de gestión empresarial. Sin embargo, la prevención de riesgos laborales (PRL) se ha venido desarrollando desde un punto de vista poco eficiente. De hecho, no se ha considerado como un factor clave para ser competitivos.

El concepto legal de la PRL

A nadie se le puede escapar que, dentro del tejido empresarial español, la PRL ha sido asumida como una exigencia legal. Siguiendo este postulado, la mayor parte de los empresarios la han considerado como una obligación normativa que había que cumplir.

Esta forma de concebir la seguridad en el trabajo ha propiciado que esta obligación haya sido asumida como un gasto en lugar de un valor de negocio. Por ello, la situación limita el campo de actuación al mínimo de inversión en PRL. Es decir, el coste destinado a ello se reduce a lo estrictamente necesario para cumplir la ley.

En la actualidad, los balances empresariales siguen sin contemplar la gestión del capital intelectual y sus intangibles como el principal activo de la organización. Esto ha hecho que organismos como la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo (EU-OSHA), decidiera tomar cartas en el asunto.

La institución europea auspició el Proyecto Promoción de la Salud en el Lugar de trabajo para concienciar a los empresarios de la necesidad de medir coste-beneficio de la no prevención. Los cálculos de la EU-OSHA demostraban que, por cada euro de inversión para promocionar la salud laboral, se generaba hasta casi cinco euros de beneficio.

Coste-beneficio de la no prevención

El absentismo y los accidentes laborales constituyen las primeras variables a tener en cuenta a la hora de medir coste-beneficio de la no prevención. Su falta de análisis puede resultar muy caro. Solo teniéndolos en cuenta se puede emprender una acción preventiva de notable eficacia.

Aunque las empresas españolas no cuenten con un sistema contable que contemple intrínsecamente la PRL y los programas saludables en el lugar de trabajo, la situación no es insalvable. Es cierto que la administración y la acción gerencial convencional no consiguen una solución global. Sin embargo, siempre se está a tiempo de mejorar la eficiencia y sostenibilidad de la organización particular a través de una acción preventiva diseñada con eficacia.

El proceso debe pasar por un plan que sea capaz de realizar una medición realista. No importa que resulte orientativa, pero debe reflejar lo invertido en acciones preventivas. Los valores deberían ser coherentes con el nivel de mejora cualitativo en el seno de la empresa. Con ello se podrá estimar el beneficio que se genera y también las acciones que alteran y obstaculizan las metas esperadas.

El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) ha demostrado, a través de sus estudios, la necesidad de medir coste-beneficio de la no prevención. La conclusión es que la PRL es crucial para alcanzar el nivel de excelencia empresarial. Queda claro que conocer la rentabilidad de la acción preventiva es una tarea imprescindible que cada empresa tendría que acometer de manera prioritaria y con total exactitud.

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