Uno de los temas en boga en los departamentos de RRHH es la adopción de las metodologías agile aplicadas a la gestión de personas. Una vez comprobados los resultados de una metodología anticuada utilizada por los ingenieros de software, los conceptos agile están arrasando en todos los negocios. Y están cambiando radicalmente la manera de operar de recursos humanos.
Agile es una filosofía, una cultura y un conjunto de prácticas de gestión. El Manifiesto Agile se escribió por primera vez en febrero de 2001 cuando un grupo de programadores se reunió en Portland para descubrir cómo acelerar su desarrollo. Estos ingenieros desarrollaron un conjunto de principios y, a partir de ahí, se diseñaron para acelerar y mejorar en gran medida el proceso de desarrollo de software.
No debemos olvidar que durante los ochenta y noventa fueron necesarios grandes equipos para crear software. Aplicaron el método de “cascada”, que de por sí ya tenía sus años. El fascinante libro “The Mythical Man-Month“, escrito por Fred Brooks en IBM (1975), habla sobre cómo los grandes proyectos en IBM se hicieron cada vez más lentos a medida que se incorporaban más personas. Brooks experimentó con equipos pequeños y descubrió las ideas de la metodología agile antes de que se escribiera el manifiesto.
Brooks descubrió que a medida que el grupo de trabajo aumentaba en número de personas, más lento era el proyecto. Esencialmente, la gerencia media estaba creando fricción en la comunicación, evitando que los verdaderos expertos hicieran su trabajo y hablaran entre sí.
Mientras estudiaba el problema, llegó a la conclusión de que el desarrollo de software no era un proceso de “escala” sino más bien una “cirugía especializada”. Se dio cuenta de que equipos pequeños multifuncionales, armados con objetivos muy limitados y claros, podrían trabajar juntos para superar grandes proyectos.
Sus principios se centraron en tres cosas fundamentales:
A medida que las metodologías agile han madurado, técnicas como las reuniones diarias para hablar sobre lo que está sucediendo, el método SCRUM para administrar proyectos, el producto mínimamente viable o PMV y las sencillas fórmulas para establecer y compartir objetivos han ido ganando terreno.
Sin embargo, reproducir estas herramientas no te convierte necesariamente en agile. La metodología agile es una filosofía: tomar decisiones a nivel de experiencia, capacitar a las personas para aprender y experimentar con soluciones desarrolladas juntamente con los clientes.
Por ejemplo, al visitar ING comprobarás que cuenta con muchos equipos pequeños y multifuncionales de RRHH trabajando al unísono en varios programas. La gente itera regularmente y el proceso se ajusta al “tempo digital” del propio banco. Se estimula y recompensa el aprendizaje y la colaboración, y los trabajadores se mueven de un proyecto a otro a lo largo de su carrera dentro del departamento de recursos humanos.
La gestión de personas necesita algo más que reuniones interminables. Debe poder desarrollar soluciones en conjunto con la empresa para, a posteriori, implementarlas de manera experimental e iterativa.
De esta forma, al igual que las metodologías agile han transformado el desarrollo de software, sucederá lo mismo con los departamentos de recursos humanos.
Sí, la gestión de personas necesitará diseñar procesos para toda la empresa, pero no serán buenos si no están localizados ni relevantes para la vida laboral diaria de los individuos. Entonces, en lugar de diseñar soluciones en una sala de conferencias, debemos hacerlo mano a mano con los clientes, experimentando y observando si funciona bien o no y mejorarlas rápidamente todos los días. Esto es difícil de concebir en Recursos Humanos, pero ahora es posible y funciona muy bien.
En recursos humanos, al igual que con el desarrollo de software, la resolución de problemas se divide en dos partes. El primero es “diseñar” una solución mientras que el segundo consiste en “servir y apoyar” la solución en el mercado.
En la industria del software, se ha desarrollado un rol llamado DevOps para respaldar la solución en el mercado. DevOps es un conjunto de prácticas que ayudan a aplicar principios agile a la prestación de servicios. En el caso de la gestión de personas esto se traduce en crear roles de servicio interfuncionales, instrumentar y monitorear las soluciones de los empleados y obtener feedback para ajustar, mejorar e iterar los programas desarrollados.
Los principios agile cambiarán radicalmente los modelos de prestación de servicios. En las metodologías agile se necesitan COE multifuncionales (centrados en soluciones, no en silos funcionales de recursos humanos) y grupos de soporte multifuncionales (grupos tipo DevOps).
¿Cómo empezar? Un buen ejemplo es la incorporación de empleados y su transición laboral. Estas son experiencias esenciales para los empleados que siempre cruzan los límites funcionales.
Piensa en la estrategia de incorporación de la empresa. Debe personalizarse para diferentes roles, diferentes transiciones, diferentes geografías y unidades de negocios. No hay forma de crear un programa de incorporación genérico para todos. Necesitamos codiseñarlo con el negocio y decidir cuánto cuestan las listas de verificación, cuánto es capacitación, cuánto es la construcción de la comunidad, cuánto son las instalaciones y los viajes, y cuánto es el cumplimiento y la TI.
Y en tu empresa, ¿aplicáis las metodologías agile o estáis pensando en hacerlo?
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