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En la era de la sobrecarga de información, es inevitable que el mercado laboral también se vea afectado por el síndrome ‘siempre online’, las redes sociales y la mala reputación que podemos generar en ellas. Es una revolución en continuo desarrollo, que trae consigo nuevas habilidades y experiencias. Pero al mismo tiempo, requiere una mayor comprensión de los límites y oportunidades que ofrece la web, tanto para quienes buscan trabajo como para aquellos que buscan contratar. La reputación digital es más importante que nunca.
El Estudio sobre Tendencias de Trabajo 2019 de Adecco Italia, compilado en colaboración con la Università Cattolica en Milán y presentado en el Wired Trends 2020, proporciona una instantánea fascinante de los cambios que están teniendo lugar. Revela cómo la web y las redes sociales están desempeñando un papel cada vez más importante, tanto en la búsqueda de trabajo como de candidatos, y cómo esto está inextricablemente vinculado a la creación de una reputación online efectiva y consistente.
En esta quinta edición del estudio se han entrevistado en toda Italia 1.466 candidatos y 259 reclutadores, con una distribución uniforme en términos de edad y género (42.6% en el grupo de edad de 18 a 35 años, 37.5% entre las edades de 36 y 50 y 19.9% de 51 a 65 años; 51.1% mujeres y 48.9% hombres). Examina tres grandes áreas: reclutamiento social, marca personal y el peso y la importancia de los candidatos pasivos.
Cada vez pasamos más tiempo online, por lo que no es de extrañar que sea en la web donde más encontramos trabajo o nuevos empleos y donde una mala reputación puede afectarnos considerablemente. En promedio, los candidatos pasan el 72% de su tiempo buscando empleo online. Por su parte, los reclutadores usan el 45.1% de su tiempo en busca de candidatos potenciales, un porcentaje que se pronostica que aumentará a 55.7% en un año. Esta cifra se relaciona estrechamente con otras: existe la percepción de que la investigación online requiere una menor inversión financiera (70.2%), menos tiempo (58.1%) pero más inversión en habilidades técnicas (48.6%) en comparación con la búsqueda offline clásica.
Los candidatos prefieren los sitios web (85%) antes que las redes sociales (33%). De hecho, tienen una opinión negativa de cuán efectivos son realmente estas comunidades virtuales. Parece paradójico, aunque no lo sea, al considerar que apenas el 45% de los que navegaron a través de los sitios web de la empresa recibieron una oferta de trabajo por correo electrónico. Esta cifra cae al 12% para aquellos que usaron plataformas de redes sociales. Además, solo el 3.2% de esos candidatos consiguió un trabajo, un número menor que hace 4 años. Por otro lado, otros canales como el antiguo pero popular boca a boca (¡la herramienta de marketing más poderosa de nuestros tiempos!) fue el más efectivo para el 57% de los entrevistados a la hora de encontrar empleo.
En este panorama, el mundo digital se vuelve más como un escaparate donde candidatos y reclutadores pueden mostrarse, un lugar de ser el lugar donde crear una reputación digital y promocionarse. De ahí la importancia de no contar con mala reputación. Una extensión de nuestra personalidad queda reflejada en las publicaciones de Facebook o Instagram, pero a menudo no somos conscientes de ello.
LinkedIn sigue siendo la red más popular para buscar empleo. De hecho, es la red elegida por el 58% de los candidatos. Facebook está creciendo en este tipo de utilidad, pasando de un 27% a un 32%. Por su parte, el 10% de los encuestados emplea Instagram para buscar trabajo. Twitter se queda rezagado en este sentido.
Si echamos un vistazo al sector de Recursos Humanos, mientras que LinkedIn y Facebook todavía se encuentran entre las redes sociales más utilizadas, en comparación con 2015 son significativamente menos populares, cayendo del 88% al 74% para la plataforma profesional y del 28% al 14 % para el grupo de redes sociales con sede en Menlo Park. Sin embargo, el kit de herramientas 3.0 ahora utilizado por los reclutadores también incluye Instagram, el rey del marketing visual.
Si bien los candidatos ven las redes sociales como una forma adicional de encontrar ofertas de trabajo (61% de los entrevistados), hacer solicitudes (52.3%) o buscar webs empresariales (50.1%), para los reclutadores estas plataformas son una especie de filtro que revela la verdadera personalidad de quienes buscan trabajo, medir su fiabilidad y, por lo tanto, su buena o mala reputación.
Una foto en la playa de espaldas a la cámara, publicaciones del lunes por la mañana en Facebook, comentarios rencorosos en un Tweet… todo esto cuenta la verdadera historia de quiénes somos y cómo vemos las cosas, revelando nuestras identidades a una audiencia de cualquier calidad o tamaño.
Sin embargo, muy pocas personas se detienen a pensar en lo importante que es su buena o mala reputación digital. El 55% de los candidatos cree que la imagen que reflejan en las redes sociales no representa su verdadera personalidad. Por otro lado, el 72% de los reclutadores consideran que los perfiles personales son un verdadero reflejo de una realidad más compleja, mucho más precisa que un CV estático hecho a medida. Tanto es así que el 44% de los reclutadores admiten haber rechazado candidatos tras visitar sus perfiles en redes sociales, a pesar de contar con currículos sólidos. Las fotos inapropiadas y los rasgos de personalidad no acordes con el rol solicitado son las principales razones por las que se descarta a los candidatos. Es decir, por tener una mala reputación.
Por todo esto, los candidatos deben desarrollar una estrategia propia de marketing a largo plazo. Deben comenzar a verse a sí mismos como una marca que debe promoverse en un mercado muy complejo y altamente competitivo. La reputación digital significa contar una historia única y personal que muestre nuestro mejor perfil. Se debe cuidar en todo momento, no solo a la hora de buscar trabajo sino incluso cuando somos candidatos pasivos.
Los candidatos pasivos son aquellos que no solicitan empleo activamente y, en cambio, los buscan los headhunters. Son un verdadero tesoro para las empresas que están dispuestas a invertir tiempo en su búsqueda y que están listas para ofrecer al candidato un salario más alto en su reclutamiento. Esto se debe a que, en comparación con los candidatos activos, tienen mejores habilidades físicas (30.9%) y más experiencia laboral (36.1%) aunque obtienen una calificación más baja en motivación (7.2%) y habilidades blandas (13.4%).
La buena o mala reputación digital en los perfiles de redes sociales son puntos estratégicos para los reclutadores. Los aprovechan con éxito para contactar (76.3%), identificar (69%) y reclutar candidatos (67%).
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