El sector de la automoción es uno de los grandes barómetros económicos de un país y la producción automovilística en España engloba un sector tan extenso como complejo. Es un sector altamente competitivo, en plena transformación, y en los últimos años se han modificado sustancialmente las bases tradicionales de su funcionamiento.
Además de que existen unas peculiaridades ligadas a la producción española, los grupos automovilísticos internacionales han encontrado en España una zona de producción para los coches de gama media y baja con pocas necesidades tecnológicas y sin ninguna posibilidad para la innovación, otra de las peculiaridades son las intensas reformas flexibilizadoras en el mercado de trabajo y la expansión de la producción. Estas últimas son precisamente, las que afecta a los departamentos de RR.HH., que en los últimos tiempos ha tenido que lidiar con las complejidades derivadas de la coyuntura internacional y del panorama propio de la industria en nuestro país.
Por un lado, la red de fabricación en este sector es extremadamente compleja, las empresas de componentes tienen que relacionarse con las ensambladoras a distintos niveles, lo que obliga a incrementar la flexibilidad laboral y moderar los costes. Esta gran interconexión globalizante afecta en forma de presiones que influyen especialmente en los sistemas de relaciones laborales y las condiciones de trabajo. En el nuevo modelo organizativo se busca primeramente una estructura menos jerárquica y la gestión del trabajo por equipos mucho más autónomos y polivalentes. Esto conlleva una estructura interna basada en la flexibilidad, una flexibilidad que se debe gestionar con suma moderación, tratando de satisfacer al mayor número de empleados posible y causar el mínimo perjuicio, lo que no siempre es fácil ni posible.
Ciertamente, el sistema de producción just in time ha forzado a los proveedores a asumir este nuevo ritmo de trabajo para poder garantizar los plazos de entrega fijados. Estas empresas se mantienen con fuerza dentro del mercado, e incluso han aumentado el volumen de subcontratación. Deben cumplir unos mínimos de calidad, plazos de entrega y también de precios. La mayor parte de ellas son de capital español.
Así pues, la situación económica que está atravesando el mundo occidental ha empujado a este sector a una competencia feroz, basada en los esfuerzos de mejora tecnológica y nuevas técnicas de gestión enfocadas al aumento de resultados y a la satisfacción del cliente final, lo que ha supuesto un gran reto para los especialistas de gestión de personas.
Mila Montañana, Directora Sectorial de Adecco Automotive
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