Todas las empresas necesitan líderes que sean capaces de tomar las decisiones más adecuadas para su equipo en el momento preciso, dirigiéndolo hacia un mismo objetivo. Y en este sentido, las compañías del sector aeroportuario no son una excepción. Tanto si se desempeña el puesto de piloto, jefe de cabina, responsable de seguridad aeroportuaria o cualquier otro cargo con responsabilidad, potenciar la figura del líder es fundamental.
Mucho se ha hablado sobre los tipos de liderazgos más adecuados para distintos directivos en las organizaciones (natural, autocrático, “laissez-faire”, transaccional…). Sin embargo, en esta ocasión, nos vamos a detener en un tipo de líder que encaja perfectamente con la clase de perfil acostumbrado a trabajar en esta industria: el carismático. Básicamente, así se define a quien tiene la capacidad de generar entusiasmo, haciendo posible que cualquier persona a su cargo dé lo máximo de sí misma en todo momento.
– Alegre y amable. Tiene claro que la mejor manera de llegar a los otros es a través de una actitud distendida y una sonrisa amable y confiada.
– Empático. Tiene una disposición permanente a ponerse en el lugar de los otros y a ver las cosas desde distintas perspectivas.
– Proactivo: Siempre propone, aporta y pone en marcha soluciones ante determinados conflictos o situaciones.
– Optimista: Potencia las posibilidades de cada situación o proyecto de forma favorable para mejorar el clima del equipo.
– Impulsa a las personas: No se conforma con aceptar a las personas que tiene a su cargo tal y como son, sino que potencia los talentos y las habilidades de cada uno de ellos.
En definitiva, si tuviéramos que enumerar las cualidades que debería tener un líder carismático, se podrían resumir, primeramente, en ser capaz de sacar el mejor partido a cada uno de sus compañeros; perfeccionista, innovador y poco convencional; sacrificado en su trabajo; proactivo, positivo y entusiasta; sabe generar confianza; y tiene una gran visión de futuro.
Evidentemente, contar con personas de esta naturaleza en cualquier organización del sector es una ventaja, puesto que proporciona bastantes beneficios al equipo en el cual se integra. En primer lugar, gracias a esta figura, los trabajadores que estén en su entorno estarán más motivados, con lo que su rendimiento laboral también se verá afectado de manera positiva. Esto, a su vez, repercutirá en una mejora exponencial del clima laboral, y hará que alcanzar los objetivos será una tarea mucho más sencilla.
Por otro lado, un líder carismático también sabe cómo aprovechar las sinergias de los trabajadores haciendo los procesos mucho más eficaces y enriquecidos. Además, las transiciones dentro de la organización serán más sencillas gracias a su presencia, ya que aporta su visión de futuro para adelantarse a los problemas y transmite su confianza, logrando que los trabajadores se sientan seguros. Y finalmente, es consciente de que debe dar ejemplo en todo momento, por lo que su entrega al trabajo es muy grande.
Claro que no todo son aspectos positivos. También surge algún inconveniente que conviene identificar para tenerlo en cuenta en caso de producirse. El primero resulta obvio. Una persona con estas cualidades puede llegar a crear dependencia en el resto de sus compañeros, debido al gran peso que representa dentro de su equipo. De hecho, si no se gestiona bien, puede incluso llegar a anular a otras personas. Y es que, debido a su carácter y personalidad, se pueden mitificar fácilmente sus logros y ser perdonados sus errores.
Por último, y relacionado con lo anterior, tampoco conviene volcarse en fomentar este tipo de liderazgo en demasía, sino hacerlo en su justa medida. No en vano, si se ponen excesivos esfuerzos alrededor de esta figura, y un día decide abandonar la organización, esto puede resultar un verdadero problema para la empresa.
Beatriz Díaz, directora sectorial de Adecco Aeropuertos
SUSCRÍBETE
SUSCRÍBETE