La bikeconomy es un neologismo que identifica la economía que gira en torno a la bicicleta. La Federación Europea de Ciclistas (ECF), considerando los datos de la economía relacionados con los países de la UE27, ya estimó hace una década la bikeconomy como una cifra mayor que el PIB de Dinamarca.
Sin duda, esta cifra proviene del hecho de que la bikeconomy toma en consideración el valor económico del empleo de las bicicletas. Se estiman la venta y alquiler de bicicletas y sus componentes, el desarrollo de infraestructuras para estos ciclos, los beneficios que conllevan para el medio ambiente y los beneficios para la salud. Apostar por la bikeconomy se pretende reducir los costes en el sector de la salud, ahorrar en el uso de combustible y disminuir los niveles de contaminación y ruido.
Para hacernos una idea más concreta, la producción y venta de bicicletas y accesorios en Europa tiene una facturación de alrededor de 18 mil millones de euros anuales, mientras que el sector del turismo ciclista mueve más de 44 mil millones de euros cada año. Es decir, la bikeconomy no es algo puntual ni simbólico.
¿Cuánto vale la economía de la bicicleta? ¿Cuánto valor generan las bicicletas? La investigación de Ismart-Legambiente-Unioncamere creó una estimación para 2018: 7.500 millones de euros de valor producido en Italia, solo en bicicleta. Este es un sector que involucró a 6,7 millones de personas. España no se queda atrás.
Si el turismo ciclista se combina con el uso diario de bicicletas, queda claro cuán significativo es el impacto de la bikeconomy en los temas de salud, innovación, inclusión y trabajo. Esto podría ser más del doble si nuestro país tuviera la infraestructura adecuada, tanto a nivel urbano como suburbano.
Países europeos como Italia o España son ideales para recorrerlos en bicicleta (patrimonio histórico, cultural y ambiental). De ahí el interés por fomentar la bikeconomy. En general, el patrimonio artístico de las ciudades italianas y españolas está excluido de las rutas principales. Por ello, equipar estas zonas con estructuras modernas para bicicletas puede convertirse en un volante económico capaz de generar 12 mil millones de euros al año en términos de DBP, el llamado Producto de bicicleta nacional (Prodotto Interno Bici).
También debemos considerar el impacto directo en la salud y el bienestar de la bikeconomy. Europa ahorró 73 000 millones de euros anuales en prevención de muertes prematuras y prevención de enfermedades cardiovasculares crónicas o diabetes. Es decir, hubo muchos menos costes para la salud pública. Por lo tanto, el ciclismo también es un medio para reducir el gasto público, considerando que la cifra de 73 millones de euros es la misma que el gasto en salud de España.
Recientemente, la ECF ha recalculado y escalado las cifras para que se basen en parámetros científicos verificables. Sin embargo, estamos hablando de un mercado de bienes y beneficios totales estimados en 150 mil millones de euros por año. Cifras de gran importancia.
El peso de la bikeconomy va más allá de los números. El ciclismo es definitivamente un ocio, un pasatiempo, un deporte. El ciclismo es una combinación de todas estas cosas y precisamente por esta variedad es un producto muy moderno. No tiene una sola característica, pero tiene varios servicios que se pueden activar y diferentes usos. La multifuncionalidad tiene un valor social y económico en conjunto.
El ciclismo tiene un gran pasado, pero también un gran futuro. Inventadas hace más de doscientos años, hoy las bicicletas se están convirtiendo en un vehículo cada vez más inclusivo apostando por la innovación. La nueva bicicleta abre el mercado a un público que, hasta ahora, estaba excluido. Baste con pensar en los jubilados cada vez más interesados en bicicletas tecnológicamente avanzadas y en el pedaleo asistido.
Sin mencionar el hecho de que realmente se están aplicando las Nuevas Tecnologías. La bikeconomy apuesta por la Inteligencia Artificial y los algoritmos conectados a las bicicletas (desde un simple GPS hasta innovaciones visionarias como la transmisión automática o la suspensión electrónica capaz de interpretar el asfalto, sistemas ABS…). Lo más seguro es que en el futuro la bicicleta se maneje sola, sin necesidad de un conductor.
El ciclismo es un medio inclusivo: prácticamente todo el mundo sabe montar en bicicleta. Pero también es inclusivo porque es simple, barato y tiene un gran valor social intrínseco.
Hoy, cuando hablamos de la economía circular y la economía compartida, la capacidad de arreglar, recuperar y recircular es fundamental. La bikeconomy es la economía del futuro. Tritura números, dígitos y valores, no solo kilómetros.
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